Es el lugar donde todo el mundo quiere comer, comprar, pasear… e incluso vivir. Chamberí ha pasado de ser un barrio tranquilo “de toda la vida” a toda una referencia en tendencias de restauración y ocio, y está viviendo una explosión gastronómica espectacular, con la Calle Ponzano como máximo exponente del paraíso ‘foodie’. Todo ello sin renunciar a su mentalidad de barrio y su alma castiza.
Barrios de Madrid
Si algo distingue a Madrid son sus barrios. Todos son diferentes y con personalidades únicas, como si fuesen mini ciudades; algunas son jóvenes y modernas, como Malasaña, Lavapiés o Chueca; otras desprenden cultura por sus calles, como Las Letras o La Latina; y otras están llenas de historia y tradición, como Salamanca.
Hemos creado una sección enfocada a cada barrio para que no te pierdas ninguno de sus emblemáticos bares. Queremos que descubras el sabor de sus locales y que los recorras entre cañas y tapas.
Porque cada momento con una Mahou sabe diferente según el lugar en el que la disfrutes.
¿Dónde quieres ir?
Un cruce de caminos entre el norte y el sur, el este y el oeste, con la bonita y concurrida Estación Puerta de Atocha y su jardín tropical enmarcado en hierro y cristal como centro geográfico. Su situación es privilegiada –a un paso de los principales museos, el Parque del Retiro, el Barrio de Las Letras…– y sus calles rebosan de actividad y vida de barrio. Un punto de referencia que encierra más secretos de los que aparenta.
Exclusivo, elegante, conocido internacionalmente por su famosa “Milla de Oro”, el Barrio de Salamanca no es tan solo lujo. Hay también curiosas galerías y museos –como la Fundación Juan March o el Museo Arte Público de Madrid, un museo de escultura al aire libre–, arquitectura clásica y vanguardista, mercados tradicionales como el de La Paz y modernos como Platea, y cada vez más restaurantes y bares del más alto nivel gastronómico.
Es uno de los barrios que mejor ha conservado su aspecto tradicional y es también la zona de cañas, tapas y terraceo con solera por excelencia, sobre todo los fines de semana, cuando la Plaza del Humilladero y alrededores –Plaza de la Cebada, Plaza de la Paja, Cava Alta, Cava Baja…– son un hervidero de gente. Pasear por sus bonitas calles empedradas es una verdadera lección de historia madrileña.
Su gran ambiente universitario y sus amplias zonas verdes constituyen motivos suficientes para dedicarle una visita. Por un lado, el Parque del Oeste, el Parque de la Bombilla, el Paseo del Pintor Rosales con su acceso directo por teleférico a la Casa de Campo, el Arco de la Victoria, el Templo de Debod, el Museo de América…Y por otro, su cada vez mayor y más variada oferta de bares, restaurantes, clubs y discotecas. ¿Qué más se le puede pedir a un barrio?
Casi no se puede ser más de Madrid que las gentes que habitan con orgullo barrios como Puente Vallecas o San Blas. Un orgullo que proviene del sentimiento de pertenecer a una zona rica en su diversidad y contrastes: vida de barrio diurna con sus mercados y ocio nocturno por sus múltiples bares y clubs musicales. Además esta zona puede presumir de tener una de las vistas más fotogénicas de Madrid en lo alto del Cerro del Tío Pío. El futuro es suyo con la inauguración del parque de la Quinta de Torre Arias y la apertura del Estadio Olímpico La Peineta, donde jugará el Atlético de Madrid.
Tal vez por ser menos conocido que otros barrios de Madrid sorprende y agrada descubrir sus múltiples encantos: la Glorieta de Cuatro Caminos y su constante bombeo, el contraste entre la arquitectura de barrio humilde y los imponentes edificios que se vislumbran en el Paseo de la Castellana, la mezcla de culturas que se respira en el Mercado de Maravillas y un montón de bares y restaurantes de todo tipo. Sin duda, un barrio para descubrir.
Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Valverde, Tres Olivos, Fuencarral-El Pardo, Las Tablas, El Pilar o Almenara conforman un rico y variado núcleo poblacional con potentes centros empresariales y comerciales como La Moraleja y Arroyo de la Vega. El Norte lo tiene todo: bares, terrazas, restaurantes y amplias zonas verdes, como el Parque de Cataluña o el Palacio del Pardo. No le falta ni el encierro de la Pamplona chica, como popularmente se conoce a San Sebastián de los Reyes.
