La espectacular transformación de la ribera del Manzanares en una gran arteria verde de más de 10 kilómetros de longitud con zonas deportivas y de ocio ha supuesto un antes y un después en la vida de la ciudad. Tomar el sol en verano, disfrutar del frescor del río en una de sus terrazas, cruzar sus puentes, dar un paseo hasta la Casa de Campo o visitar Matadero son excusas más que suficientes para descubrirlo.