Conocer este sitio es amarlo. Entre otras cosas porque sus impulsoras y socias Nina Lashchenova y May Nocon son simplemente encantadoras y porque sus albóndigas están de escándalo. Y es que de eso va el Bolero Meatballs, de sublimar uno de los grandes y humildes platos de nuestra cocina: las albóndigas. Y en este pequeño pero coqueto bar –nos gusta su onda– las podemos comer de manera clásica con guarnición de patatas horneadas, arroz o pasta, o en bocata con un tiernísimo pan de brioche elaborado con masa madre.
Las hay de ternera, como las de la abuela; de cerdo, como las orientales; de pollo con queso parmesano y, claro está, también las veganas, elaboradas con quinoa, tofu, arroz y setas shiitake. Y para irnos con un buen sabor de boca hay que pedir sus postres caseros de inspiración estadounidense, como el bizcocho de plátano o los brownies de galletas oreo.
